Ayer conversábamos con compañeres sobre la sobredosis de tareas que muches estudiantes padecen. Leía y escuchaba los comentarios de pibes y familiares sobre este tema. Se sienten sobrecargados, desbordados. Solos.
Me parece que les profes nos tenemos que poner a repensar muchas cosas. Qué es lo que les queremos transmitir a les chiques, cuáles son los contenidos que vamos a priorizar. No se trata de hacer lo mismo que veníamos haciendo pero a distancia. Y fundamentalmente me parece que este es el momento para el trabajo interdisciplinar. No agobiar a les pibes con diez mil tareas sino pensar en uno o dos trabajos que vinculen contenidos de varias áreas. Y, de paso, pensar consignas de creación y si es posible colectiva. Permitirle a les estudiantes tomar decisiones sobre cómo hacerlo pero orientarlos, no dejarlos solos. Encontrar la vuelta para que ese trabajo tenga vinculación con nuestro presente. Que les abra una ventana para expresar lo que sienten.
En fin, los docentes siempre hemos encontrado la forma de hacer escuela en situaciones adversas. No sé si a todes pero a muches nos gustan los desafíos y, sin dudas, este tiempo nos desafía a innovar o como decía Simón Rodríguez "o inventamos o erramos".
Con un grupo de profes de mi escuela decidimos hacerlo.
¡Después les contamos!
