martes, 19 de noviembre de 2013

Pensando la evaluación

En esta época del año viene bien reflexionar sobre la evaluación. Soy de las que creen que el conocimiento se construye y que para eso se necesita tiempo y acompañamiento porque además nadie aprende solo. Cada uno tienen sus tiempos y por eso los procesos de aprendizaje no son iguales para todos. Por eso la evaluación también es un proceso que se realiza con tiempo, con acompañamiento y con coherencia metodológica. Por eso prefiero instrumentos de evaluación más participativos ya que no evaluamos lo que el estudiante aprendió solamente sino también debemos poner la mirada sobre nuestro desempeño como facilitadores de esos aprendizajes. Evaluar es apostar a que el estudiante pueda dar cuenta de lo aprendido para a partir de allí construir los futuros aprendizajes. Para dar cuenta de lo que se aprendió también es necesario hacer un análisis introspectivo sobre el propio proceso de aprendizaje que puede ser individual y colectivo. Esto permite dar cuenta de qué se aprendió y cómo pero también de repensar prácticas. En lo personal prefiero instrumentos de evaluación abiertos, flexibles, de construcción colaborativa y que permiten reflexionar sobre el proceso de aprendizaje y sobre el mismo proceso evaluativo. De ahí que el portfolio acompañado de un análisis metacognitivo son los que hace varios años utilizamos en mis cursos y permite obtener muy buenos resultados especialmente cuando trabajamos con un enfoque comunicacional incorporando las TIC al aula. Siempre pensando el aula en un sentido amplio ya que hoy hay diferentes y múltiples espacios en los que ocurre el aprendizaje. Me refiero al aula, al estudio de radio, al taller de medios audiovisuales, al de producción multimedia, al espacio del CAJ (Centro de Actividades Juveniles) El aula ya no es las cuatro paredes de un salón ni los aprendizajes se dan solamente en la escuela ni la escuela responde a esa estructura rígida de antaño. Por lo tanto los procesos de aprendizaje son múltiples y de allí que la evaluación no puede reducirse a un momento ni a una formalidad burocrática. Lo deseable es que los instrumentos de evaluación sean variados y que el foco esté puesto en los procesos y en los horizontes que se abren ya que no todos aprendemos de la misma manera ni al mismo tiempo. Los logros de este año deben ser un punto de partida hacia futuros aprendizaje. A la hora de evaluar prefiero apostar a lo que se logró y lo que se logrará a futuro respetando los tiempos de cada uno. Estoy convencida que la evaluación nunca debe ser un límite ni una puerta cerrada contra la que darse la cabeza sino que apuesto a un proceso de aprendizaje en el que la evaluación es una instancia más, es una puerta abierta a la construcción de procesos de aprendizaje acordes a los estudiantes reales con los que compartimos un recorrido, una trayecto educativo.

Dejo un interesante artículo del portal educ.ar sobre el tema: Evaluar: lejos del «saquen una hoja» y en otra entrada de este Blog hay un artículo sobre el Portfolio de Edith Litwin que también vale para ampliar.

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