lunes, 19 de septiembre de 2011

NUEVO SIGLO NUEVAS VOCES

Un taller de Comunicación, Nuevas Tecnologías y Memoria*

El 15 de abril del 2011 fue el día en que la ES 42 de City Bell comenzó la revolución tecnológica. A las diez de la mañana aproximadamente llegó el camión de Conectar Igualdad con las 350 netbooks para los alumnos de la escuela. La directora, los docentes, las preceptoras, auxiliares, todos comenzamos a descargar las tan esperadas cajas. Los chicos desde las aulas esperaban. Los docentes que los acompañaban ya no pudieron seguir dando clases porque de lo único que se hablaba era de las netbooks. Los chicos preguntaban que cuándo las iban a entregar, que si ya había internet, que si se las podían llevar a sus casas, los docentes calmaban a los chicos pidiéndoles que esperaran en orden, que ya se vería. Los chicos exaltados, los docenes conteniendo las ansiedades.

Cerca del mediodía el comedor de la escuela estaba lleno de cajas por todos lados, la dirección, el gabinete, cajas y cajas, no había lugar donde guardarlas y la directora acertadamente decidió que el mejor lugar y el más seguro era que las tuvieran los pibes. Era viernes, se entregaron inmediatamente, cada chico ese día se fue a su casa con sus respectivas máquinas. La mayoría es gente muy humilde, gente de trabajo, gente que comienza a ser incluida ahora, con la Asignación Universal por Hijo primero y con esto que ni siquiera soñaron alguna vez: que el Estado les diera a sus hijos y a ellos mismos la posibilidad de tener acceso a la tecnología que democratiza el conocimiento. Quizá ni siquiera son conscientes de ello pero sí saben que lo que les está pasando en muy importante y eso se ve en sus rostros, en sus ojos húmedos de emoción. Seguramente ese fin de semana no fue igual a otros para las familias de la 42.

Los chicos tenían mucho entusiasmo y preguntaban, querían saber, “¿cuándo vamos a tener internet?”, “¿en casa también me voy a poder conectar?”, “¿y en la calle?”, “profe ¿cuándo las empezamos a usar?”, “¿la carpeta no la vamos a usar más, no?”, “¿puedo pasar todo a la netbook?”, “¿cómo se va a llevar el trabajo, profe?”, “¿tiene pendrive?”, “sabe profe usar la compu?”, “¿tiene Facebook, profe?”, “¿qué vamos a hacer, profe?”…

Yo desbordaba de alegría, hacía mucho que me capacitaba en el uso de las tic, trabajaba con las redes sociales, les pasaba trabajos por mail a mis alumnos, los invitaba a visitar mi blog, les pedía que hicieran producciones audiovisuales y las subieran a You tube, los mandaba a ver programas de televisión o publicidades para después analizar. Todo eso lo hacíamos sin netbooks, sin internet en la escuela, sin computadoras. Pero lo hacíamos igual. Así es que en ese momento me sentía tocando el cielo con las manos. Al fin todo iba a ser más fácil, más práctico, más dinámico.

Algunos docentes comenzaron a preguntar si a ellos también les iban a dar una. Otros criticaron la desorganización, la falta de capacitación, la falta de información, “que no sé qué voy a hacer”, “que si se puede bloquear el Messenger y el Facebook”. Algunos manifestaron la necesidad de capacitarse y preguntaban cómo y dónde hacerlo. Otros les parecía que esto iba a complicar las cosas, que los chicos iban a hacer cualquier cosa menos estudiar y que a ellos les iban a complicar la vida. Muchos de ellos siguen pensando igual meses después. Varios docentes han tenido enfrentamientos directos con algunos alumnos, han hecho actas, y se quejan de que los chicos no prestan atención porque están jugando con las netbooks.

La nueva situación hizo que con la directora diseñáramos un taller de acompañamiento para los docentes en el que dos veces por semana nos juntamos a intercambiar ideas y a descubrir en forma colaborativa la manera de ir integrando las nets al aula. Los chicos les cuentan lo que hacen con los profes que las usamos y eso seguramente los incentiva a ser parte de lo nuevo.

A mis alumnos de Literatura de 4° les propongo que si hacen el Cmap, después pueden jugar o si trabajan en la edición del video pueden poner la cumbia más fuerte. La utilización de esta herramienta ha generado cambios en varios alumnos. Juan Pablo, por ejemplo, es uno de los “bravos” del curso. Todos los profesores se quejan de él y él hace méritos para ello, habla, molesta, se para, va, viene, nunca trae lapicera y menos la fotocopia, interrumpe y al final con cara de santo alega en su defensa “pero si yo no hice nada”. Claro, no miente, él no hace nada, nada de lo que se supone debe hacer porque de lo otro hace todo. Bueno, Juan Pablo, con la tecnología es una luz. La clase en la que empezamos a trabajar con el Cmap él fue el primero en encontrarle la vuelta al programa y hacer un mapa conceptual excelente, con imágenes y todo. Juro que me sorprendí y le pedí que fuese tutor de un grupo de compañeros para ayudarlos. Se entusiasmó, se lo vio incluso más erguido, sentía que por fin en la escuela había algo en lo que él era bueno. De todos modos no todas son rosas y hay otros que antes sólo escuchaban música o jugaban con el celular y ahora siguen haciendo lo mismo pero con la netbook. Igual creo que hay que darles tiempo, el mismo tiempo que les damos a los docentes.

De a poco, lentamente, la cosa va a ir cambiando y tarde o temprano todos van a tener que sumarse porque el cambio es inevitable y la revolución que esto provocó ya no se puede parar. Los chicos, a su manera exigen que les enseñen con las nuevas herramientas porque saben que ese es su derecho. Los profesores tendrán que capacitarse, los directivos tendrán que mediar y todos tendremos que ponernos a trabajar porque ya no hay excusas. Ahora tenemos todo lo que hace un par de años soñábamos tener.

Entonces le propuse a la directora ocupar las horas del Plan Mejoras en un proyecto institucional que uniera contenidos, producciones, medios de comunicación y tecnología con las netbooks, un taller extracurricular. Entonces diseñé un taller de periodismo donde al fin pudiera juntar varias de las cosas que siempre me gustaron hacer y en las que me he especializado.

En el Taller un grupo de chicos de diferentes años están preparando una página web que oficiará de medio de comunicación digital de la escuela. Están haciendo encuestas, entrevistas tanto en audio como video, sacan fotos, ven algunas producciones de otros medios alternativos y las analizan para enriquecer las propias e investigan para elaborar noticias e informes.

Trabajan temas vinculados con los DDHH y la Memoria sobre la Historia Argentina reciente y mientras investigan van aprendiendo a grabar, editar, producir hipertextos, elaborar gráficos, diseñar páginas web, y muchos están descubriendo el procesador de textos e incluso que hay algo que se llama software libre y la diferencia entre copyright y copyleft.

Las reuniones son a contraturno, a veces en horario de clase o en las horas libres. Por grupos se van abordando diferentes temas como si fuéramos una redacción de un periódico. El entusiasmo es grande, las expectativas también. Recién empezamos y son tantas las cosas que queremos hacer que a veces nos parece que no vamos a poder con todo, sin embargo los frutos van llegando. Un grupo investiga sobre el impacto de la Asignación Universal por hijo y la llegada de las netbooks a la comunidad. Lo que sigue es dar forma a todo ese material y publicarlo en nuestra página web que se propone ser un medio de expresión con futuro. No por nada el nombre que le pusimos es “NUEVO SIGLO, NUEVAS VOCES”.

Todavía no tenemos internet así es que se complica un poco la publicación. Dependemos de una señal de un vecino que a veces llega y a veces no o de alguno que lleve un modem para conectarnos un rato. Esperamos que internet llegue pronto y mientras que planificamos y preparamos, notas, videos, muestras y presentaciones, el trabajo crece.

Algunos de los chicos lo único que conocían de las computadoras era la posibilidad de navegar en internet y específicamente los juegos y el Facebook. De apoco van descubriendo que el Facebook no solo sirve para subir fotos y chatear sino que también hay página culturales, con temas serios y que es un medio de comunicación más. Ya no lo ven como un lugar de juego sino también como una herramienta para conocer y comunicar. La mayoría no sabía que existen programas para editar fotos, videos o hacer animaciones. De apoco vamos trabajando en grupos de tres o cuatro en cada herramienta y lo que aprenden en el taller luego ellos se lo enseñan a otros compañeros y así el conocimiento se multiplica.

No utilizar las netbooks es una forma solapada de decirles a los chicos que no sirve más que para jugar. Los chicos juegan y los profes cierran netbooks y sancionan alumnos mientras que un pequeño grupo en el taller descubre que las netbooks les abren nuevos caminos.

Sin embargo otros colegas que hasta hace poco veían con reparos a las netbooks y no le daban mucho crédito al taller se acercan de vez en cuando a preguntarme por algún programa o a pedir ideas sobre tal o cual tema y de a poco se van dando cuenta que los chicos aprenden de otra manera distinta a como nosotros lo hicimos, pero que aprenden y disfrutan. Incluso ya hay algunos que no se sorprenden cuando les cuento que para comunicarnos con los chicos armamos un grupo en Facebook y que muchas tareas las hacemos por esa red social.

Aunque de a ratos me sigo sintiendo un “bicho raro” me reconforta ver que somos muchos más de los que pensaba.


* Este relato lo escribí en el marco del Proyecto "Experiencias en Marcha" en el que estuvimos trabajando entre mayo y septiembre de este año 25 docentes de la Pcia. de Bs. As. La experiencia será publicada en el Portal educ.ar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario