La comunicación y una buena parte de las tareas con mis alumnos y alumnas las hacemos por Whatsapp como complemento del Blog. Tomé la decisión de usar esta red social ya que muchos estudiantes no cuentan con internet pero tienen los paquetes de WhatsApp gratis. Me parece que para el intercambio de materiales y debates es muy útil y que en esta situación lo mejor era ir a un espacios conocido por todos en lugar de pedirles que se sumaran a uno desconocido. Eso suele generar resistencias o presentar dificultades, incluso temores o incomodidades a los que no usan el propio dispositivo. La intención no era convencer de las ventajas de tal o cual herramienta sino de usar aquellas que eran de uso familiar y que, al menos para la comunicación y circulación de información estaban resultando eficientes. Se pueden armar grupos de trabajo a distancia a modo de Foros,al estilo aulas virtuales, compartir materiales, intercambiar ideas o formular consultas.
En un principio tenía un grupo para cada curso siguiendo la lógica que venía usando años anteriores como complemento de la presencialidad pero esto me resultaba un tanto engorroso ahora que había decidido unificar las tareas, es decir, empecé a realizar propuestas únicas para los segundos y los terceros. Entonces, si bien ellos decidieron mantener los grupos por curso para conversaciones más “privadas” les propuse sumarse a un grupo grande que compartimos todos. El grupo de Prácticas del lenguaje. Fue un desafío ya que 125 personas en un grupo sonaba a mucho pero con pautas de participación acordadas se fueron ordenando las intervenciones. Hay momentos en los que publico consignas o la noticia de una nueva actividad publicada en el Blog y cierro el grupo para garantizar que todos lo lean y momentos en los que abro el grupo para que todos participen.
Con el correr de los días se constituyó en un espacio de trabajo más que interesante. El Día del libro, les subí un video leyendoles un fragmento de un libro e invitándolos a que compartieran ellos, también, fragmentos de libros. Los días siguientes se sucedieron un torbellino de intervenciones, incluso el viernes 24 de abril a las 23:30 horas, este lindo grupo de adolescentes, compartía fragmentos de libros sin darse cuenta, tal vez, que estaban “haciendo la tarea” y fue tan interesante esa experiencia que sentí que ese grupo tenía alas. Incluso una alumna se animó a compartir algo que ella misma había escrito.
Otra de las actividades que tuvo una entusiasta participación fue la relacionada con leer y ver obras de teatro para luego comentar cuál les había gustado más y por qué. Pero, a raíz de la obra El nombre de Griselda Gambaro de Teatro por la identidad fue cuando más participación e intercambios hubo. Les mandé un audio contando el porqué y el significado de mi nombre y los invité a que hicieran lo mismo. Muchos de los que aún nunca había participado se sumaron con sus historias y nuevamente el grupo volaba con intervenciones lindísimas.
El grupo de Whats App resultó ser un espacio propicio para recrear, en cierta forma, un aula, al menos en lo que a intercambios de ideas se refiere. Tal como ocurre en el aula, algunos participan de acuerdo a la consigna, otros están pero no participan, unos lo hacen con gran dedicación y otros lo hacen con más timidez, a veces se desordena un poco la cosa y hay que llamar la atención. No muy distinto a lo que nos pasa presencialmente en la escuela.