El ciclo lectivo 2020 se inició para nuestra escuela el 9 de marzo solo para los primeros años. Los segundos y terceros comenzamos el jueves 12. El miércoles 11 de marzo fue la mesa de examen para les estudiantes que necesitaban rendir una tercer materia para poder avanzar y pasar de año. Es decir que jueves 12 y viernes 13 fueron los únicos dos días de actividades presenciales concretas. Eso redundó en que solo pudiera conocer personalmente a tres de los cinco cursos que tengo (dos segundos y tres terceros) A los que conocí, los ví una clase en la que nos pudimos presentar y el otro curso que en esos días tuve fue de reencuentro ya que fueron mis alumnos el año pasado. Estos estaban más habituados a esta forma de trabajo ya que durante el 2019 el celular (no así las computadoras ya que no disponíamos en la escuela aunque sí había conexión a internet, con problemas pero había) se constituyó en una herramienta de trabajo áulico cotidiana en Prácticas del lenguaje. Así fue que el grupo de WhatsApp solo tuvo que cambiar de nombre, pasó de ser el de PLG 2° 1° a PLG 3° 1°, el Blog de segundo quedó atrás y se agendaron el enlace al Blog de tercero. Con el resto de los estudiantes nos conocimos por WhatsApp cuando pude armar los grupos durante la primer semana de suspensión de clases presenciales.
Así es que tuvimos que arrancar con el trabajo virtual porque se iniciaba el Plan de Continuidad Pedagógico y cada docente tuvo la oportunidad de organizarse para este desafío con la herramientas que tenía y conocía. En muchos casos la cosa no fue fácil pero, en lo personal, la experiencia previa y tantos años de formación ayudaron a hacer de esta experiencia un momento sumamente enriquecedor e interesante.
Lo primero que me plantee fue la necesidad de reacomodar el Blog, reformular la planificación y repensar los contenidos y materiales que durante febrero había estado pensando y armando para este año. Había planificado para segundo seguir el género dramático, leer y hacer teatro y sobre todo ¡ir a ver teatro! Había reservado fechas para el Teatro de la UNLP (cinco fechas agendadas y bien distribuidas durante el año) había contactado a Teatro x la identidad para que vinieran a la escuela en fin, todo eso debía ser repensado. Tercero en cambio iba a seguir la narrativa de Liliana Bodoc y en un principio creí que podía darle continuidad. Así es que lo que se me ocurrió como primer selección para no dejar a les chiques esperando fue seleccionar la más amigable de las novelas planificadas, El espejo africano para tercero, y para segundo retomar un infalible del año pasado que fue la novela Rafaela. Así fuí, a lo seguro. La propuesta fue dedicar los primeros quince días a leer las novelas. Eso me dio tiempo para repensar la planificación, reformular contenidos y seleccionar materiales considerando que, ahora, el trabajo era totalmente a distancia. Considerando también que ya había empezado a circular el descontento de alumnos y familias por la sobrecarga de tareas que muches colegas estaban mandando. Todo tenía que influir e impactar en las decisiones pedagógicas a tomar sobre mi práctica docente en tiempos de cuarentena.
Tomando como punto de partida aquella frase de Simón Rodríguez “o inventamos o erramos” voy a presentar la experiencia que vengo llevando a cabo en Prácticas del lenguaje de 2° y 3° año de la EES 12 de la localidad de Manuel B. Gonnet de la Provincia de Buenos Aires.
Gonnet es un barrio de la periferia platense, a unos 6 km al norte de la ciudad de La Plata. Los chicos y las chicas que asisten son hijos e hijas de trabajadores y profesionales de la región. Es una escuela secundaria muy querida y respetada por la comunidad con una larga trayectoria de más de 25 años de la que han egresado miles de jóvenes y adultos.
La primera necesidad que ví fue la de poder contar con información de mis alumnos. Entonces armé un formulario de Google y se los envié a través de los grupos de WhatsApp solicitándoles algunos datos sobre con qué dispositivos tecnológicos contaban y el tipo de conectividad, número de celular y correo electrónico. Con esa información pude pensar cuál iba a ser el mejor dispositivo para iniciar el trabajo.
En el gráfico se ve claramente que la mayoría, 120 estudiantes que representa el 97%, tiene un celular pero que solo el 25% aproximadamente cuenta con PC de escritorio 27 estudiantes y 26 una netbook y en pocos casos una tablet. Solo dos estudiantes no cuentan con un celular propio pero sí uno compartido por el grupo familiar. En cuanto a la conexión a internet: 97 estudiantes tienen WIFI y 42 solo Datos. Con el correr de los días de los que tenían solo datos hubo varios que empezaron a comentarme que solo contaban con WhatsApp gratis.
Esta información me aportó mucho ya que en función de ello tomé la primer decisión político pedagógica. Continuar el contacto mediante los grupos de WhatsApp. De esa manera podría mantener el vínculo con la totalidad de mis alumnos. Tenía la opción y armadas aulas en Edmodo y Classroom pero desestimé usarlas porque puse como prioridad llegar a todos y no solo a los que pudieran acceder.
Luego vino la necesidad de tomar la segunda decisión político pedagógica en torno a qué contenidos priorizar, qué conocimientos construir y cómo hacerlo. Sostuve los Blog como espacio dónde colocar los materiales de trabajo por la gran cantidad de posibilidades que ofrece y por lo aceitado que tengo su armado y uso. Entonces preferí modificarlos y presentarlos, como hago siempre, como el “cuadernillo” que contendrá todo lo que en esta materia haremos: textos, videos, tutoriales, actividades, recursos y las propias producciones de los estudiantes. Dejé las del año pasado para que tanto los chicos como sus familias tuvieran una referencia de qué se esperaba de ellos y, sobre todo, de que era algo posible de hacer.
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